La abuelita Ayahuasca, ceremonia sagrada

Mucho se habla de la Ayahuasca como planta sagrada amazónica. Los curiosos que se acercan para ver de qué se trata, hablan de sus efectos y visiones pero, más allá de lo publicitario, ¿te has puesto a investigar sus poderes como herramienta de sanación? ¿Qué nos trae ésta Ceremonia Sagrada? ¿Qué son las medicinas ancestrales?

Como humanos, vivimos en automático la mayoría de nuestras vidas y navegar en las profundidades de nuestras sombras es algo que nos es totalmente ajeno.

Desconocemos la profundidad de lo chamánico, sagrado. No estamos habituados a este tipo de rituales, nos enseñan que la medicina es otra cosa.

Ésto nos invita a un profundo viaje interior de cuidado y autoconocimiento en cada aspecto del individuo. De seguro, cuando estas posibilidades se presentan en nuestras vidas, es porque ya estamos preparados para lo que tenemos que ver, para vernos.

Aquí no se necesita demasiado tiempo, pero sí mucha predisposición a sanar, a verte, a ver tus sombras, a soltar, a dejar ir y aceptar.

Creo que en resumidas cuentas el coraje de hacer este viaje te ahorra años de terapia. La medicina va al hueso, llega a fondo…

¿Cuál es la diferencia con las terapias?

Pues aquí vienes a ver…si te resistes es peor. Luchar es simplemente incómodo, doloroso, y más fuerte será entonces el choque con la visión. Finalmente la medicina irá a fondo para que veas. No hay venda que cubra tus ojos, no hay herida que personifique tu dolor, no hay ego que se pueda resistir, la medicina, la abuelita ayahuasca va bien profundo para hacer luz.

Requisitos previos a la Ceremonia Sagrada

¿Cuáles serían entonces los requerimientos para que esta medicina guíe y acompañe el proceso de forma armónica? Como se mencionó previamente, limpieza física estricta, nada de alcohol, drogas, sexo, y estar bien predispuesto a ser guiado. Recordando siempre los consejos del chamán que oficia la ceremonia, pues él es quien sabe qué precisa cada quien y está dispuesto a acompañar (aunque la labor de sanación es individual, íntima y “desde” y “hacia adentro” de cada quien).

¿Qué es este brebaje?

La Ayahuasca (o yagé) es una bebida preparada por las tribus amazónicas a partir de hojas frescas (hoja llamada chacruna en la selva brasilera ó chagropanga en la colombiana), que combinada en un proceso prolongado de cocción con un bejuco amazónico llamado Banisteriopsis Caapi, se obtiene esta bebida, que posee propiedades enteogénicas. La etimología de la palabra “Enteógeno” es de origen griego y designa la característica de éstas sustancias de producir una experiencia “extática”, cuyo significado es; en: dentro, teo: Dios, geno: gen, o sea, Dios dentro de los genes. Se utilizó para evitar la connotación peyorativa cuando se describía a este psicotrópico como “alucinógeno”, cuando en realidad lo que produce son visiones pero no “alucinaciones”.

Buceando en la experiencia sagrada

Puede decirse entonces que esta medicina, “la abuelita”, como amorosamente se la llama, trae luz para que puedas ver aquello que es preciso hacer consciente en tu vida.

“Traer luz” es un cliché en varias terapias holísticas, pero te aseguro que aquí observarte desde la visión que trae esta medicina realmente produce un cambio radical en la vida de quien se anima a transitar por la experiencia. Y el cambio no es que sales siendo otra persona, sino más bien, nunca podrás observarte del modo que lo hacías previamente, pues se te ha regalado la visión sagrada y consciente de tí.

¿Ésa visión es linda o cómoda? ¡Claro que no podemos generalizar! Depende de aquello que precisas ver y, hay tantas visiones y experiencias como personas que lo han transitado. Puede que tengas una experiencia maravillosa habiendo visto el brillo, la majestuosidad del todo, la conexión, las formas y colores…y allí termine. O, puede que tu ser te lleve tan adentro como demonios precises quitar de tí, llevándote en un viaje interior cual montaña rusa.

Cabe destacar que esta medicina, éstas plantas, te mostrarán objetivamente aquello que tu insconsciente ha guardado. Podrás ver como en una película las partes de tí que anteriormente no comprendías o habías “borrado”.

Aquí tu Ser guía, la medicina es el vehículo para el viaje. Comprendiendo así que somos más que el cuerpo que encarnamos en esta tierra, sintiéndolo en esta experiencia. Recordando, reconociéndonos y reconociendo a todo aquello que nos rodea y de lo que somos parte.

Desde mi mirada personal: ¿por qué se la llama “la abuelita”? Pues porque las abuelas siempre vienen a tí con amor. Te cuidan, te muestran lo que debes ver con su amplia sabiduría pero desde la amorosidad y el cuidado de quien “te quiere bien”. Por otra parte, si ellas te quieren dar una lección, serán firmes, tendrán la capacidad que la experiencia les trajo, para hacerte comprender…

Mi vivencia

Querrán saber cómo me fue a mí seguramente. Pues ha sido la experiencia más poderosa que viví en mi vida. Tuve una lucha interna muy grande con la medicina porque no quería perder el control de mi cuerpo. Me aterraba la idea de que algo externo a mí se apoderara de él y que algo malo me pasara (tanto a mí como a alguien de mi grupo).

Constantemente chequeaba que todos respiren y se los vea bien. Sentía que era necesario que un guardián esté allí para nosotros y por supuesto creía que ese guardián no podía ser el chamán que oficiaba la ceremonia dado que él también había bebido ayahuasca. Locas ideas de una persona mental. Ideas, pensamientos que también han traído rigidez a mi vida en muchos aspectos incómodos. Pero les aseguro que la lucha llega un momento en que se acaba, te vence la medicina y debes entregarte para poder vivir tu propio proceso personal. Allí te olvidas de todos, de todo lo demás y te sumerges en el viaje.

Sin entrar en detalles personales, puedo decirles que es una experiencia de “no tiempo”. Que es necesario entregarse por completo a ella. A mayor resistencia, mayor incomodidad. Si sueltas el miedo, ella con amor te va llevando. Sólo es preciso observar. Respirar, confiar y observar… Tus sentidos se agudizarán al máximo, tu conexión con todo será increíble. Las visiones son poderosas, profundas, bellas, intensas, pero, por sobre todo, sanadoras.

Hay un antes y un después de esta experiencia en mi vida. Tuve mucho miedo, sí. Y cuando relato lo vivido mi cuerpo tiembla como si la abuelita continuara recorriéndolo. Es que ha sido de tanta intensidad que nunca más volveré a ser esa persona que fue a ese viaje espiritual…

Notas:

Más de mis experiencias en https://lorenacortondo.com/ceremonias-sagradas-con-medicinas-ancestrales/

La imagen corresponde al arte realizado en el alojamiento de la selva amazónica: https://www.instagram.com/manugallitodelasrocas?utm_source=ig_web_button_share_sheet&igsh=ZDNlZDc0MzIxNw==