El Viaje del Niño Interior para Sanar las Heridas

Todos hemos padecido heridas en el pasado. Podemos sanar a través de observarlo desde la mirada de nuestro niño interior. El camino es fácil y no es doloroso, se trata de abrazar a nuestro niño herido para soltar el trauma.

El viaje de tu niño interior atraviesa cada instante que puedas llegar a recordar.

Te lleva por aquellos momentos sombríos y oscuros recovecos que has transitado en tu vida, los que han tenido a veces la necesidad de ser olvidados para no doler.

También te acompaña en las experiencias majestuosas, aquellas que te trasladan a la plenitud, a la auténtica felicidad.

Te conectan con la gratitud de estar vivo, con la belleza de lo simple, con la simpleza de un instante, con la abundancia de lo efímero.

Solo si puedes seguir sus pasos comprenderás que de su mano está la sanación de tu ser.   Nadie más que él/ella sabe a dónde llevarte.  Deberás confiar en su sabiduría interior.  Pero no olvides, ell@ es pur@, es sabi@ e inteligente.  Ell@ lleva la sabiduría del inocente, la pureza de lo auténtico, la nobleza de lo sagrado de tu ser.

Ell@ te guía en tu tránsito hacia la sanación, pero, tal vez la hayas dejado atrás en algún momento de tu existencia.  Y si no te sientes en su presencia, pues deberás volver a buscarl@, allí, donde la has olvidado. Allí ha quedado en un rincón esperándote, ansiando tu abrazo, tu compañía, tu mirada, tu reconocimiento. 

Fúndanse en el abrazo eterno que sana las viejas heridas, encuentren el amor puro anclado en su inocencia lastimada. Rescaten lo que ha quedado allí, y vuelvan al presente fortalecid@s con la bendición de lo experimentado.

Es momento. Abraza su presencia, reconoce es@ niñ@ en ti y caminen de la mano para que la magia vuelva a vuestras vidas.           

Con Amor

Lorena Cortondo

     

Imagen: Pexels _ анастасия-триббиани-9264538